UNA MIRADA A LOS IDIOMAS QUE SOBREVIVEN EN AMÉRICA
LA LENGUA NÁHUATL
México es uno de los países más poblados de
América, su diversidad étnica y cultural se ve reflejada en que es, de hecho,
el que mayor cantidad de población hablante de lenguas prehispánicas tiene en
América. En el año 2010 se registraron 65 lenguas vivas en el país azteca.
La gran cantidad de lenguas utilizadas en el
país no representa, sin embargo, una gran proporción de hablantes sobre el
total de la población. En este aspecto, estados como Guatemala, con un 52’8% de
hablantes de lenguas prehispánicas, Perú, con un 35% y Ecuador y Panamá, con
porcentajes de hablantes de lenguas amerindias cercanos al 10% superan a México
en el tanto por ciento de población que habla las lenguas anteriores a la
presencia española.
Cuando hablamos de las lenguas indígenas en
México debemos tener en cuenta que esta realidad lingüística, de una riqueza
difícilmente comparable, han sido objeto de análisis y estudio desde la llegada
misma de los españoles al Nuevo Mundo. En el siglo XIX, Manuel Orozco y Berra
realizó una clasificación de las lenguas nativas, tarea que fue continuada ya
en el siglo XX por Morris Swadesh, que realizó una clasificación de éstas en
familias, al igual que se había hecho con los estudios sobre las lenguas
indoeuropeas en el viejo continente. El hecho de la falta de documentos
escritos hizo que el trabajo de Swadesh fuese especialmente arduo, pero el
lingüista estadounidense concluyó que se podía establecer un corpus de ocho
familias de lenguas, entre las cuales destacan tres: las lenguas uzo-aztecas,
las lenguas mayenses y las otomangues. De los ciento cuarenta idiomas hablados
en México que clasificó Swadesh hoy día se mantienen 65, como ya hemos dicho.
El náhuatl es, sin duda, la lengua indígena
más importante en México en lo que a número objetivo de hablantes se refiere,
con casi un millón y medio de mexicanos que lo usan cotidianamente en su
comunicación. El náhuatl pertenece a la familia uzo-azteca, existe desde el
siglo VII, como mínimo, y debido a la expansión de la civilización tolteca se
convirtió en la lengua franca de la zona mesoamericana. La expansión del
imperio azteca, desde el siglo XIII hasta su derrumbe en el XVI confirmó a esta
lengua como la más importante en la región. De hecho también se conoce al
náhuatl como lengua mexicana.
Con la llegada de los españoles el náhuatl
empezó a perder terreno bajo a presión del castellano que los conquistadores
impusieron como lengua dominante, pero los deseos de evangelización de los
nuevos pueblos llevaron a que muchos clérigos usaran esta lengua como medio de
acercamiento a la población aborigen. De hecho, el rey Felipe II decretó en
1570 que el náhuatl debía ser la lengua de los nativos de Nueva España, para
que la comunicación con los aborígenes resultase más efectiva. Pero Carlos II,
en 1696, estableció el español como única lengua para asuntos oficiales.
Ver documento de la UNICEF sobre las lenguas indígenas en América Latina: LAS LENGUAS INDÍGENAS DE AMÉRICA
Ver documento de la UNICEF sobre las lenguas indígenas en América Latina: LAS LENGUAS INDÍGENAS DE AMÉRICA
Con la llegada de la independencia, el liberalismo dominante propugnó una serie de políticas en lo relativo a la educación que iban de la dirección de la castellanización de los mexicanos, de modo que gracias a la lengua única todos los habitantes, incluidos los indios, quedarían integrados en un nivel de igualdad en el seno de la República. Sólo el periodo del Segundo Imperio Mexicano, en el que reapareció brevemente el interés por las lenguas indias, escapó de la tendencia a la eliminación de las lenguas aborígenes. Ni siguiera Benito Juárez, de origen indígena, demostró especial interés por la conservación de las lenguas prehispánicas.
La evolución del número de hablantes de lenguas
indígenas a lo largo del siglo XIX y XX muestra un panorama convulso: en 1889
se calculaba que un 38% de los mexicanos eran hablantes de lenguas amerindias,
cifra que choca con el 60% que se estimaba en 1820. A finales del XX, este
porcentaje se cifraba alrededor del 10%. Se puede decir que han desaparecido
alrededor de un centenar de lenguas. Hoy día se calcula que los hablantes de
lenguas prehispánicas en México suman unos siete millones, lo que supone apenas
un 6’5% de la población. En 1992 se reformó el artículo segundo de la
Constitución mexicana, que reconoce ahora la multiculturalidad de México y
obliga al Estado a “proteger y fomentar las expresiones de esa diversidad”.
La Organización de Escritores en Lenguas
Indígenas redactó un proyecto de ley para abrir una puerta a la protección de
las lenguas nativas de México que llevó, en 2002, a la promulgación de la Ley
General de Derechos Lingüísticos de los Pueblos Indígenas, que recoge la
conservación, desarrollo y fomento de las lenguas prehispánicas.
Como ocurre con el vecino del norte, EE.UU.,
en México no existe una legislación que fije una lengua oficial, pero las
normas legales dirigidas a favorecer la pluralidad cultural y lingüística
pueden ayudar a que estas lenguas, como sobre todo el náhuatl, no lleguen a
desaparecer. En este sentido es interesante poner el acento en que, por
ejemplo, el himno nacional mexicano se tradujo al náhuatl y se canta también en
esta lengua, en náhuatl se sigue diciendo misa en muchos rincones de la
República e incluso se han realizado películas en este idioma, como es el caso
de In Amatl Mexicatlatoani, de 1975.
El náhuatl, la lengua mexicana, continúa viva
y en camino a su estabilización y expansión.
http://www.donquijote.org/cultura/mexico/lenguajes/nahuatl
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